

Los canadienses celebran visita del rey Carlos III ante amenazas de anexión de Trump
"En este momento todos estamos a favor de la monarquía", afirma George Monastiriakos, uno de los muchos canadienses que festeja este lunes la visita del rey Carlos III, figura con la que el país puede clamar su soberanía ante las amenazas de anexión de Donald Trump.
El rey, jefe de Estado de Canadá, realiza por dos días una visita sobre todo simbólica que incluye una ceremonia en la capital, un desfile y un discurso en el Parlamento.
El viaje no solo entusiasma a los mayores. En las calles de Ottawa o en el parque Lansdowne gente de todas las edades acudió el lunes a ver a la pareja real y darle pompa al simbolismo de esta visita que se realiza pese a la enfermedad del rey.
Monastiriakos, de 32 años, se define como republicano, y se sorprende a sí mismo por apreciar esta visita histórica de Carlos III.
"Teniendo en cuenta las amenazas que pesan sobre nuestra soberanía, es importante que el jefe de Estado venga y pronuncie el discurso real en persona", dijo a la AFP.
"Trump parece venerar todo lo que es dorado y al rey, en particular a la monarquía británica. Pienso que estará atento de esta visita", reaccionó con júbilo por "el apoyo de la corona británica y de más de 50 países del Commonwealth".
En Canadá, la relación con la monarquía se ha debilitado cada vez más en los últimos años, pero parece recuperar el matiz como símbolo canadiense que distingue al país de su poderoso vecino, según encuestas recientes.
Después del regreso de Donald Trump en enero a la Casa Blanca y sus repetidas amenazas de anexión, muchos canadienses quieren diferenciarse de su vecino y buscan estabilidad.
- "Reunirnos" -
"Hay tal inestabilidad en nuestros días, que necesitamos este consuelo", dijo Audrey Harrington, de 88 años.
En el parque Landsdowne en Ottawa, la bandera británica conocida como Union Jack ondea al lado del emblema canadiense blanco y rojo de la hoja de arce. En las estanterías, las ventas van desde comida callejera británica hasta productos canadienses como el jarabe de arce.
"Hay toda esta división en este momento en nuestro país y pienso que son momentos en los que podemos reunirnos", opina Kate Punnette quien vino junto con sus hijas.
Detrás de su puesto, donde vende papas y rollos de salchicha con limonada, Christina Leese, una inglesa de 61 años y canadiense por adopción, cree que esta visita es "un recordatorio de la fuerza de Canadá y de sus lazos con la monarquía".
"La visita del rey nos dará un pequeño empujón y envía al presidente Trump un mensaje para mostrarle que cuando él ataca a Canadá, también ataca a los 56 países del Commonwealth", sostiene.
Incluso en Quebec, donde la gran mayoría de sus habitantes se oponen a la monarquía, son muchos los que dicen comprender el interés y el "mensaje" de esta visita.
"Es un fuerte símbolo", dice Laurence Wells. Aún cuando esta joven de 26 años se pregunta ¿estamos realmente orgullosos de ser un dominio inglés?".
Para Geneviève Tourillon, de Montreal, la pareja real representa "mucho dinero". Para ella "hay otras formas de defenderse antes que recurrir al rey".
Jensen--RTC