

El candidato proeuropeo sorprende y se impone a su rival de extrema derecha en Rumania
El alcalde centrista proeuropeo de Bucarest, Nicusor Dan, se impuso este domingo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales rumanas, según los resultados casi definitivos, en un vuelco sorpresivo con respecto a la primera vuelta.
Dan, de 55 años, obtuvo cerca del 54% de los votos tras el recuento del 90% de las papeletas, frente al 46% que consiguió su rival nacionalista, George Simion, de 38 años.
Pero lejos de admitir su derrota, este soberanista y ferviente admirador de Donald Trump se proclamó "nuevo presidente de Rumania" alegando "fraude".
En la primera vuelta de las elecciones, el 4 de mayo, Simion dominó con casi el 41% de los votos, el doble que el alcalde de Bucarest.
Sin embargo, muchos rumanos se movilizaron entretanto para cambiar la tendencia en unos comicios considerados cruciales para el futuro europeo de este país vecino de Ucrania, cinco meses después de la excepcional anulación de unas elecciones por sospechas de injerencia rusa.
La participación fue de casi el 65%, frente a sólo el 53% en la primera vuelta.
"La participación ha sido casi sin precedentes, marcada por el auge de los defensores de la democracia", declaró a la AFP el analista político Sergiu Miscoiu. "Nunca antes unas elecciones habían sido tan decisivas, con evidentes repercusiones geopolíticas".
- Ucrania, en el centro del debate -
Y es que el cargo de presidente otorga competencias para nombrar puestos clave y participar en las cumbres de la UE y de la OTAN.
La comunidad internacional siguió de cerca estos comicios, en un contexto de auge de la extrema derecha en la UE y con Estados Unidos, muy crítico con la anulación de la primera vuelta del pasado noviembre, pidiendo que se respete el voto de la población.
Rumania, un país de 19 millones de habitantes miembro de la UE, se ha convertido en un pilar esencial de la Alianza atlántica desde que empezó la invasión rusa.
"No nos podemos permitir apartarnos de la vía europea", comentó en las calles de Bucarest Luminita Toader, una jubilada de 82 años, que teme que su país "mire hacia el este".
Nicusor Dan, matemático de formación, es un europeo convencido y un ferviente partidario de Kiev.
Su personalidad reservada, que le valió críticas durante la campaña electoral, contrasta con el temperamento explosivo de su rival Simion, un exhincha violento que en los últimos meses trato de suavizar su discurso.
El ultraderechista, muy crítico con las "políticas absurdas de la UE" y los "burócratas sin rostro", quiere que se ponga fin a la ayuda militar a Ucrania y exige "una compensación financiera" por el apoyo brindado hasta ahora.
Bucarest abrió un centro de entrenamiento de pilotos de caza ucranianos y donó a Kiev un sistema de defensa antiaérea Patriot, además de aportar apoyo logístico para la exportación de cereales a través del puerto rumano de Constanta, en el mar Negro.
- Injerencias -
Devolverle a Rumania su "dignidad": el lema de Simion convenció a muchos electores, hartos de que se los considere ciudadanos de segunda clase en el bloque europeo.
El ultraderechista también sacó rédito de la frustración de parte de la población ante los mismos "políticos ladrones" que llevan en el poder desde 1989 y su enfado por la alta inflación y las dificultades económicas de uno de los países más pobres de la UE, según testimonios recabados por la AFP.
Un ambiente explosivo que ya el 24 de noviembre impulsó a la victoria al ultraderechista Calin Georgescu, un candidato casi desconocido que protagonizó una campaña masiva en TikTok, empañada por sospechas de interferencia rusa.
Tras esos comicios, el ex alto funcionario fue inculpado y excluido de esta nueva cita electoral, una decisión que provocó manifestaciones a veces violentas.
A la salida de los colegios electorales, muchos expresaron su esperanza de que la pesadilla actual llegue a su fin. "Ha sido un caos en Rumania" desde que se anularon los comicios, dijo Runa Petringenaru, organizadora de seminarios de 55 años.
De nuevo el domingo, las autoridades rumanas denunciaron una "campaña viral de información falsa" en redes sociales destinada a "influir en el proceso electoral" y que lleva "una vez más las marcas de la injerencia rusa".
Esta declaración se produjo poco después de un mensaje del fundador de Telegram, Pavel Durov, en el que acusaba a Francia -sin nombrarla- de intentar interferir en las elecciones, lo que fue negado rotundamente por París.
G.Abbenevoli--RTC