

Bad Bunny rinde tributo a cultura boricua en concierto en Puerto Rico
Miles de puertorriqueños asistieron el viernes por la noche al lanzamiento de la histórica residencia de Bad Bunny en San Juan, una serie de conciertos que muestra el orgullo y la resiliencia de la isla, y que en su etapa inicial está limitada a los locales.
Con camisetas con la bandera de Puerto Rico o simplemente arropados con esta, los fanáticos abarrotaron el área que rodea el Coliseo de Puerto Rico en San Juan antes del espectáculo titulado "No me quiero ir de aquí".
La noche fue una celebración.
Por momentos, el popular artista de 31 años pareció detenerse para celebrar la ocasión, esbozando una sincera sonrisa mientras observaba a sus miles de eufóricos compatriotas.
Disfrutar el presente y honrar el pasado es una lección extraída de su sexto álbum, "Debí tirar más fotos", en el que dedica una oda a todo pulmón a la herencia puertorriqueña.
El ambicioso repertorio incluyó muchos de los temas más recientes de Bad Bunny que subrayan las injusticias en la isla caribeña estadounidense, pero la noche supuso sobre todo una mirada a Puerto Rico que se centra en su resistencia, orgullo y alegría.
La primera canción era inédita y no se dieron detalles sobre si finalmente se lanzará oficialmente.
Los primeros nueve conciertos de una serie de 30, que se realizarán en el Coliseo de San Juan durante tres fines de semana consecutivos hasta septiembre, están abiertos exclusivamente a residentes puertorriqueños y a alguna celebridad como LeBron James, quien asistió al espectáculo del viernes por la noche.
- "Su reguetón nunca falla" -
Bad Bunny rindió homenaje a la cultura e historia puertorriqueñas, pero también hizo un repaso a su carrera, mostrando la inmensa variedad que ritmos que ha exhibido desde su irrupción, hace menos de una década.
El espectáculo incluyó el potente trap latino de su éxito de 2018, "La Romana", y el hit de discoteca de 2020, "Yo perreo sola", ejemplos brillantes de su trabajo previo en el reguetón que lo catapultó a la fama.
"Su reguetón nunca falla", dijo el estudiante John Hernández Ramírez antes del concierto.
Este joven de 21 años comentó que en un comienzo se sintió atraído por los ritmos vibrantes de Bad Bunny y más recientemente por su evolución lírica.
Originario de una zona rural de Puerto Rico, Hernández Ramírez dijo que encontró una resonancia particular en "Lo que le pasó a Hawái", una exploración sobre la gentrificación, el turismo tóxico y la colonización.
Bad Bunny destacó estos temas en los preparativos del concierto, proyectando hechos históricos en una pantalla gigante sobre un exuberante escenario tropical.
"Puerto Rico ha sido una colonia desde que Cristóbal Colón 'descubrió' la isla durante su segundo viaje al Nuevo Mundo en 1493", dijo un espectador.
Parte de la escenografía incluía una casa construida al estilo típico de la isla, que había aparecido en un cortometraje que el artista realizó con el legendario cineasta puertorriqueño Jacobo Morales, del cual también se proyectaron fragmentos en la pantalla grande.
- "Una leyenda" -
Desde lo alto de la estructura, Bad Bunny interpretó algunas de sus canciones más icónicas, incluyendo la reciente "Nuevayol" y "Tití me preguntó".
Luego regresó al escenario principal para una secuencia de salsa que le hizo mover las caderas, vistiendo un traje sastre de los años 70, al estilo de los íconos del género que lo precedieron.
Serpentinas con los colores de la bandera puertorriqueña colgaban del techo mientras el músico guiaba a los fans en un hipnótico popurrí que incluía "Baile inolvidable", acompañado por una banda completa.
El espectáculo duró tres horas, pero los fans —muchos de ellos ataviados con atuendos de la bandera y otros con camisetas de béisbol de la leyenda del béisbol puertorriqueño Roberto Clemente, no se cansaron.
Marta Cuellar, colombiana de 61 años que reside hace mucho tiempo en Puerto Rico, declaró a la AFP que esta serie de conciertos constituyen una excelente manera de celebrar la isla y un regalo a la cultura latinoamericana en general.
"Bad Bunny", pronosticó, "se está convirtiendo en una leyenda".
El respetado historiador puertorriqueño Jorell Melendez Badillo, que colaboró con elementos visuales en el último disco de Bad Bunny, estimó que el show es una celebración "no solo de Benito, sino de nosotros mismos".
"Es nuestro. Sentimos como si estuvieramos con Benito a lo largo de este viaje. También lo hemos visto crecer" a lo largo de su carrera.
"Lo logró", añadió el historiador. "Y todos lo logramos con él"
G.Stewart--RTC